Soy tu amiga y te lo tengo que decir. Me encantó lo que pasó después. En serio que me encantó. Te digo que no termino de entenderlo, la cosa es que me encantó. ¿Vos qué pensás?
¿Sabés qué sentí Chuni? No sé cómo decírtelo. No sé. Un sentimiento bueno, tranquilo… de buena onda, casi de fraternidad, eso: de fraternidad.
Yo no me lo había imaginado ni por las tapas. Bah, capaz que sí, que alguna vez lo pensé. Te pasa, ¿viste? Te pasa, creo. Eso de imaginarse tal o cual situación. Pero con Eliseo me parecía imposible. […]





Allí estaba el albergue. Al norte del central Park, en el Harlem, pero alrededor del Harlem. Viven más latinos que negros y son peligrosos. Los latinos llegan con lo puesto, loco, y no le tienen miedo a nada. Y si lo tienen, lo deben disimular. No les tiembla el pulso para enterrarle una navaja a alguien. En casi todas las manzanas hay algún drugstore donde venden la birra a un dólar. Y estacionan los botes con la música a todo volumen y se quedan chupando hasta tarde. Igual que en las películas […]
Había caminado hacia el sur y dobló en la avenida, a la derecha por la acera opuesta a la del Palacio Municipal. Había mucha gente en la calle. Por fin el sol alumbraba y la temperatura era agradable para andar. Estaba llegando a la esquina cuando la vio.
Fue desde la primera vez pero tardó en que se supiese.
Se podría afirmar sin temor a equivocarse que, antes de lo ocurrido en Harrow on the Hill, la principal virtud que Edgardo Meneces había encontrado en su mujer era la cordialidad. Con la distancia que aconseja la buena educación ella sabía sostener la charla, cualquiera fuera su naturaleza, con sagacidad y simpatía. Sin ser una gran conversadora, hacía sentir a gusto a cualquiera con el que sostuviese un diálogo. Y solía mostrar verdadero interés frente al tema que se abordara dirigiendo abiertamente a su interlocutor su límpida mirada celeste. […]
Entre las mujeres que Pablo Neruda me fue “presentando” hay un puñado que me ha conmovido particularmente por las imágenes llenas de fuerza, exotismo, belleza y personalidad con que el poeta las ha descrito.
El hombre es moreno, su piel y su contextura exhiben la traza de un árabe. Lleva unos pantalones de gimnasia azules con una banda blanca y delgada a cada lado de las piernas. Calza zapatillas que no parecen baratas. Hace frío para mayo, y una camisa limpia aflora sobre el suéter verde. Encima lleva una campera roja, de rayón, como es costumbre entre gente como él. El tono cobrizo de su piel reverbera en la oscuridad. Se nota que hace mucho que está en la ciudad. Tal vez más de una generación. […]
No solamente dejan su marca mujeres como Manuela Saenz o “la mamadre” si no también aquellas que cruzan fugaces marcando a fuego el cuerpo y la memoria de hombres y mujeres. Vaya en oportunidad del mes del Día Internacional de la Mujer este homenaje a Jossie Bliss, “la pantera birmana”JossiePasan las pagodas, una detrás de otras las pagodas de techos donde se aplastaron gigantescas gotas de crema de oro, coronadas por su falo hierático.
No me dieron ganas de verte esta semana. No me he sentido bien. Silvana estuvo con el virus, muy molesta. Y ahora me lo pasó a mí. Mirá, me saco los lentes para que veas cómo tengo el ojo. No te me acerques que no quiero contagiarte, es muy contagioso.Por eso no quise verte, y por lo que pasó en el edificio. Ya es la segunda vez que ocurre, creo. No sé si habrá pasado más veces. Espero que no. Pero es un problema. […]